En esas circunstancias lo natural es comprobar la conexión con un test de velocidad. Los hay instalables y ejecutables directamente desde el navegador. Hay muchas diferencias entre ellos, así que conviene elegir con criterio.
Sería de gran utilidad saber qué conexión hemos contratado porque algunos medidores como el de Mcafee están desfasados y no detectan velocidades de bajada superiores a dos megas. Si no podemos recordarlo y tampoco tenemos ganas de buscar las cartas de la compañía de teléfonos no pasa nada, se hace varias pruebas de velocidad y listo.
Si nuestro objetivo es saber si realmente tenemos la velocidad de acceso que hemos contratado, nos vale con el test de velocidad de Adslzone, el de Bandwidthplace, Speedtest y Captalis. Si en cambio queremos conocer con exactitud la velocidad de transferencia al descargar archivos que están en las antípodas pasando por no sé qué nodo concreto de fibra óptica que conecta con un cable submarino de Internet… entonces ninguno de estos test sirve.
En ese caso y según el continente con el que se quiera medir la velocidad de acceso se puede elegir entre los test que aparecen en ADSL4ever.
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