Sin embargo, ¿qué sucede si no dispones de varios monitores? El precio de estos aparatos ha bajado considerablemente, pero no tienes que hacer ese desembolso si cuentas con un ordenador portátil.
Vamos a enseñarte, a través de tres configuraciones posibles, cómo ampliar tu espacio de trabajo gracias a la pantalla de tu ordenador portátil.

Caso 1: Trabajando con el portátil

El proceso es el mismo que para un PC de sobremesa: conectar el monitor al portátil e intercambiar sus roles para hacer de la pantalla externa la principal. Pero antes que nada, comprueba el tipo de salida de vídeo del portátil: las más habituales son VGA y DVI. Si es necesario, habrás de adquirir adaptadores que conviertan la señal a la para la entrada de vídeo del monitor.
Una vez conectada, Windows reconocerá la pantalla al arrancar como el dispositivo principal. Tan sólo tendrás que acceder al menú Propiedades haciendo clic derecho en el Escritorio y, en el apartado Configuración, podrás definir en qué lugar está el portátil con respecto a la pantalla principal para una mayor comodidad.


Caso 2: Trabajando con el sobremesa
Aquí lo tenemos un poco más difícil y el motivo principal es que, mientras todos los portátiles disponen de salida de vídeo, no hay casi ninguno que acepte señal de entrada. Por lo tanto, descartadas las soluciones por hardware, hay que acudir a aplicaciones que suplan esta carencia.La opción más evidente aquí es usar programas basados en VNC pero surge un problema: la mayoría duplica la señal del monitor principal para trabajar remotamente en otro equipo. Eso no nos vale. Sin embargo, te vamos a proponer dos aplicaciones que cuentan con un modo de trabajo remoto extendido, es decir, es lo mismo que tener dos pantallas, pero la señal de una llega a través de la red local.


La única pega de MaxiVista es que se trata de un programa de pago. Además su versión completa es algo cara. Como alternativa gratuita tenemos ZoneScreen, una aplicación que consta de un driver y un programa servidor, que han de instalarse en el equipo principal de sobremesa, y un cliente para el portátil. Es algo más limitado, pero en su tarea de extender el área del Escritorio a la segunda pantalla cumple con creces.
Finalmente, ten en cuenta que este modo puede repercutir en el rendimiento si reproduces vídeos a gran tamaño o llevas a cabo trabajo intensivo, ya que la calidad de la transmisión depende de factores como la potencia de la tarjeta gráfica o la velocidad de la conexión.

Caso 3: Trabajando con ambos ordenadores
Las dos opciones anteriores conllevan el que sólo puedas trabajar con uno de los equipos, mientras el monitor del restante queda como una simple extensión de la pantalla. Sin embargo, hay una tercera vía que te permitirá aprovechar la capacidad de procesamiento de ambos ordenadores: manejar el sobremesa y el portátil a la vez.¿Acaso no es algo que ya puedo hacer poniendo uno junto a otro? Pues sí, pero en este caso te proponemos un par de aplicaciones que sirven para compartir teclado, ratón y portapapeles, de modo que, al sacar el puntero de los márgenes de una pantalla, pases a manejar la contigua sin interrupciones.

Nuestra opción recomendada es, no obstante, Synergy, un programa gratuito y libre que lleva a cabo estas funciones con la misma eficacia y entre distintos sistemas operativos. Así pues, configurando los clientes para cada ordenador, podrás pasar entre aplicaciones de Windows, Mac OS X o Linux con un simple movimiento de muñeca.

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